viernes, 31 de agosto de 2007

Homenaje póstumo a la poeta Stella Díaz Varín


El 13 de septiembre próximo, a las 19:00 hrs., en la Librería Gonzalo Rojas del Fondo de Cultura Económica (Bulnes 152), se efectuará un homenaje póstumo a Stella Díaz Varín, fallecida en 2006.

Conocí a nuestra destacada poeta cuando yo tenía 15 años en la Casa del Escritor (SECH) y , más tarde, en dos eventos culturales. Cada uno con una diferencia de trece años. Pero fue en enero de 2006 cuando pude conversar con ella sobre su poesía y expresarle mi admiración por los versos de gran verdad y humanidad que me impactaron, sobre todo aquellos de su obra Los dones previsibles (1986, Premio Pedro de Oña). Quiero compartir con Uds. este poema grandioso:

DOS DE NOVIEMBRE

No quiero
Que mis muertos descansen en paz
Tienen la obligación
De estar presentes
Vivientes en cada flor que me rob0
A escondidas
AI filo de la medianoche
Cuando los vivos al borde del insomnio
Juegan a los dados
Y enhebran su amargura
Los conmino a estar presentes
En cada pensamiento que desvelo.


No quiero que los míos
Se me olviden bajo la tierra
Los que alli los acostaron
No resolvieron la eternidad.


No quiero
Que a mis muertos me los hundan
Me los ignoren
Me los hagan olvidar



Aqui o allá
En cualquier hemisferio
Los obligo a mis muertos
En su dia.
Los descubro, los trasplanto
Los desnudo
Los llevo a la superficie
A flor de tierra
Donde esta esperándolos

el nido de la acústica.

De "Los dones previsibles", Edit. Cuarto Propio, Santiago, 1986, 59 pp. en
www.memoriachilena.cl

miércoles, 29 de agosto de 2007

"¿Por qué inventaste la historia?"
















¿Por qué inventaste la historia?

Si vivieras el viento

apagador de luces,

devorador de cabellos.


El fin traería en sus velos

el espasmo alterado de los postes.

La tierra seca te devolvería

las lenguas insaciables de los pinos.


Pero inventaste la historia

añeja,

desnivelándose en las vigas de la casa

para dormir entre las cartas de los días.


No más campanas en el mausoleo

de los peces; sólo la canción desafinada

de los buses.


Inventaste la historia

y yo sigo igual.


Los días treinta y uno bajo a mirar la escarcha.



Y tú eres historia,


cayendo de los techos.


De "El amor insecto" (RIL editores, Santiago, 2003, 116 pp.)