
El 13 de septiembre próximo, a las 19:00 hrs., en la Librería Gonzalo Rojas del Fondo de Cultura Económica (Bulnes 152), se efectuará un homenaje póstumo a Stella Díaz Varín, fallecida en 2006.
Conocí a nuestra destacada poeta cuando yo tenía 15 años en la Casa del Escritor (SECH) y , más tarde, en dos eventos culturales. Cada uno con una diferencia de trece años. Pero fue en enero de 2006 cuando pude conversar con ella sobre su poesía y expresarle mi admiración por los versos de gran verdad y humanidad que me impactaron, sobre todo aquellos de su obra Los dones previsibles (1986, Premio Pedro de Oña). Quiero compartir con Uds. este poema grandioso:
DOS DE NOVIEMBRE
No quiero
Que mis muertos descansen en paz
Tienen la obligación
De estar presentes
Vivientes en cada flor que me rob0
A escondidas
AI filo de la medianoche
Cuando los vivos al borde del insomnio
Juegan a los dados
Y enhebran su amargura
Los conmino a estar presentes
En cada pensamiento que desvelo.
No quiero que los míos
Se me olviden bajo la tierra
Los que alli los acostaron
No resolvieron la eternidad.
No quiero
Que a mis muertos me los hundan
Me los ignoren
Me los hagan olvidar
Aqui o allá
En cualquier hemisferio
Los obligo a mis muertos
En su dia.
Los descubro, los trasplanto
Los desnudo
Los llevo a la superficie
A flor de tierra
Donde esta esperándolos
el nido de la acústica.
De "Los dones previsibles", Edit. Cuarto Propio, Santiago, 1986, 59 pp. en www.memoriachilena.cl
