jueves, 18 de octubre de 2007

Nueva versión del Concurso de Cuento y Poesía "Cristián Basso Benelli" en el Liceo Darío Salas



Por tercera vez consecutiva se realizó la entrega del Premio Cristián Basso Benelli en el Liceo Darío Salas. La ocasión, ocurrida el pasado 28 de septiembre, contó con la presencia de María Teresa Ulloa ( Dirección de Educación Municipal de Santiago), el Director del Liceo, ex-alumnos, estudiantes y autores premiados como también la asistencia de Basso Benelli, quien entregó los primeros lugares en una ceremonia en la que además se anunció la cuarta convocatoria 2008 para todos los colegios de la comuna de Santiago.


El certamen es organizado por el Departamento de Lenguaje del Liceo Darío Salas y cuenta con el patrocinio de la Municipalidad de Santiago y el auspicio del Centro de Alumnos y Ex-alumnos del plantel.
En el acto de entrega de premios, los recién contratados profesores de Educación musical rindieron un homenaje al poeta mediante la musicalización de tres poemas pertenecientes a "El amor insecto". Finalmente, el poeta leyó cuatro nuevos poemas y anunció la edición de su próximo poemario para septiembre de 2008, ocasión en la cual la comunidad italochilena podrá ver su obra inédita editada al italiano y al español. Al respecto, prefirió mantener reserva del título de la obra, sólo adelantó que su traductora es la italiana Silvia Scarponi y que el prólogo lo escribirá el destacado poeta Javier Bello.
En la fotografía, el poeta firma alguno de sus libros donados a la biblioteca del centro educativo.

Extracto del prólogo a "De Céfiro a tormenta", poemario de Teresa Illanes

Por. C.B.B.
Cuando pensamos en el tiempo que hemos destinado quienes dedicamos la vida entera al arte poético, sólo podemos concebirlo en verso. Vivimos haciendo la caminata en un andar que no cesa. Regresamos al pasado en forma y fondo, o bien nos arriesgamos, experimentamos, anhelamos lo nuevo como cupo en la mente vanguardista el impulso por innovar. Es así como el poeta decide uno u otro recodo, desde donde adoctrinar los sentidos para que éstos le digan más sobre el misterio de la vida y de la muerte. Así lo debió pensar la poeta Teresa Illanes Bernal, quien comparte al poco tiempo de editado su primer libro de cuentos un poemario donde la experiencia vital se traduce en materia poética.
Simbólicamente, el viento y la tormenta representan la intervención divina en la vida del ser humano. Es así como el viento ha significado para las culturas la manifestación de la inestabilidad, así como también remite al “soplo divino” que nace del Espíritu y se convierte en el decir bíblico en “hálito de Dios que anima al hombre”[1]. Para los hindúes de las leyes de Manu, el viento nace del espíritu y engendra la luz.[2]No así la tormenta, que representa “la cólera de Dios y al mismo tiempo puede significar las calamidades vengadoras”[3]. Dichas connotaciones coinciden con el temple anímico del sujeto poético de “De Céfiro[4] a Tormenta”, es decir, se pasa de un estado de calma, suavidad y equilibrio a uno de desasosiego, de grito, de desconcierto y denuncia ante la realidad social y personal en la que vive o le ha tocado vivir. Esta condición va y viene de un poema a otro, pero es la increpación a Dios la que finalmente devela la intención del hablante: “Si vivir contigo no es posible/ y no estar contigo es tristeza, / de qué sirve, Señor, tanta grandeza. / ¿Para qué vivo?” He allí el centro de su desazón, de su declive hacia lo tormentoso.
2 Chevalier, Jean; Gheerbrant: Diccionario de los Símbolos, Ed. Herber, Barcelona, 1999.
[2] Idem, p. 1071.
[3] Idem, p.1070.
[4] “Céfiro: cualquier viento suave y apacible”, en: Diccionario de la Lengua Española, RAE, Edit. Espasa Calpe, Madrid, 1992.