viernes, 22 de septiembre de 2006

Crítica en Internet: El grito y la muerte en un amor insecto, por Luis Valenzuela



Cristián Basso cuando publicó El amor insecto y portada de la obra (2003)
Fotografía de Nelson Cifuentes
La poesía nunca abandona al amor, nunca lo aparta a un lado ya que este es un motor que lleva arraigado eternamente; pero sea cual sea la forma de enfrentarlo nunca lo comprende a cabalidad. Así, los intentos son disímiles y la poesía de El amor insecto de Cristián Basso (1976) de ningún modo es la del amor cursi ni la del violento que aspira a destruir ese otro que se busca, aunque a veces se acerca, cuando la situación del hablante es de ira, pese a que no la dirige a su otro. Este hablante vive un proceso de metamorfosis en el que va recorriendo una realidad compleja y a veces inteligible, que le permite ver el amor desde la cólera, el grito, la fiebre, el naufragio. Si algo se puede decir de esta poesía es que se grita, y ese grito en repetidas ocasiones se escucha y se percibe.

En cada una de las tres partes, el libro se recubre de imágenes revueltas que ofrecen bosquejos del escenario que ocupa el pequeño hablante, el cual no se configura con mermas producidas por el amor o debilidades que lo hagan frágil; por el contrario, en ocasiones lo hace enajenado, lanzando aullidos, ladridos, poesía con la fuerza y el padecimiento de quien está siendo el insecto amante. Esto, sobre todo en los primeros versos, se aprecia en esa actitud agresiva que se vale de un lenguaje desafiante que intenta imponer los términos con los cuales desea instalarse: “Toma la cólera reptil que te envenena/ Abre los cofres para días funerales”. La cólera será el arrebato, la ira, el furor, instando al otro para que hiera: “clava astillas en la sed antigua”. La herida no está, aunque la pidan, la griten. En este comienzo de versos breves, el hablante suelta gemidos: “En la boca,/ perfume de horror”. Recuerdo a De Rokha por esa fuerza y esa prosa poética dura y difícil de masticar, que más adelante surge en este poemario, sin embargo, más ligera, fragmentada y a la vez distante de una poética de mensaje explícito. Por el contrario, repito, este poemario se recubre de imágenes revueltas y, agrego, el arrebato del hablante es temple y potencia por medio del verso.

Es difícil abordar El amor insecto, hay que repasarlo una, dos y tres veces. Se transforma en un desafío enfrentar cada imagen presente -“Abiertas, las pesadumbres/ crepitan”-, sin que éstas sean demasiado explícitas y caigan en la adjetivación barata para crear oscuridad (el efecto opuesto al florecimiento) mediante el grito, la imagen lúgubre, el mandato, el insecto —el sujeto diezmado— o su entorno: la marea, la lluvia, el vacío. Se vale para esto de una mezcla de versos blancos y libres, breves y extensos, de prosa poética y sonetos, lo que a la larga imprime ritmo y fuerza a los textos.

No hay rutina en los versos de este poemario, digo, no hay relato de secuencias lógicas de imágenes concretas. No es una poesía de lo cotidiano. En la segunda parte del poemario la muerte se hace presente, uno que otro verso se reconoce en un símil de otras poesías, como este que se asemeja a La muerte está sentada a los pies de mi cama, de Óscar Hahn: “A mi alrededor la muerte cosía/ mis costras para hacerse un abrigo, guiñaba un ojo a un ave de rapiña”. Esta presencia de la muerte permite un paisaje, más denso y oscuro: “A mi morada le nacieron monstruos”. De esta manera, la muerte se cruza con el amor y con el grito encolerizado, furioso, del hablante, sin que este se debilite. Si algo se le puede pedir a la poesía es que se sienta, y esta responde de manera muy sólida frente a esa petición.
En:
© UNAVUELTA
http://www.unavuelta.com/sobrelibros/Libros.php?id_cont=217


EL AMOR INSECTO. Cristián Basso. RIL Editores. Santiago, 2003. 117 páginas.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Mensaje del mítico poeta David Rosenmann-Taub a Cristián Basso Benelli


David Rosenmann-Taub
El mítico y gran poeta David Rosenmann-Taub, radicado en Estados Unidos, envió el siguiente mensaje en torno a Cristián Basso Benelli a través de Virginia Sarmiento, presidenta de Fundación Corda, institución que promueve por el mundo la obra poética del artista Rosenmann-Taub.
Le pasé tu libro ("El amor insecto") al poeta y me ha dictado lo siguiente para ti:

"Talento y limpieza. Me recuerda la personalidad del escritor ecuatoriano Demetrio Aguilera-Malta. ¿Lo ha leído usted? Le puede sorprender: en Aguilera-Malta hay un sentido muy fuerte de la naturaleza y de la familia; de lo favorable de la naturaleza, de lo peligroso de ella. Y la afinidad entre lo humano y lo bestial. Además, una proximidad en lo plástico y musical en ambos. Una de sus novelas, Siete Lunas y Siete Serpientes, aunque con debilidades, posee muchos méritos. A usted, Cristián, le llamará la atención la similar disposición poética de él. Si yo hubiera conocido a Demetrio Aguilera-Malta, le habría hablado de Cristián Basso, porque los veo bastante hermanos. En usted son evidentes el deseo de expandirse, para alcanzar la totalidad de su propio centro, y el esfuerzo por librarse de convenciones."
29 de abril de 2006

Una biografía...Cristián Basso Benelli

Cristián Basso Benelli
Cahuil
2006
Inauguramos este espacio para compartir textos poéticos de diversos autores como también de Cristián Basso Benelli, poeta nacido en Santiago de Chile en 1976. Autor de los poemarios Alalia (Editorial Tiempo Nuevo, Santiago, 1994); 22 Voces de la Novísima Poesía Chilena (Editorial Tiempo Nuevo, Santiago, 1994); El Amor Insecto (Editorial RIL, Santiago, 2003). Premio Iberoamericano de Poesía Paz y Cooperación, Madrid, 1992 por su obra La tierra no sabe morir; Premio Gabriela Mistral de Poesía, Chile, 1992 por su poemario inédito Coméntame si estoy contigo. Es Profesor de Castellano, Licenciado en Educación y Magíster en Literatura por la Universidad Chile. Su poemario más reciente se encuentra en todas las bibliotecas públicas de Chile, al ser seleccionado por la Biblioteca Nacional como título en la colección de adultos de la Campaña Chile quiere leer. Participó en la IV versión del Festival Internacional de Poesía ChillánPoesía 2006. Su obra está parcialmente traducida al inglés, francés e italiano por humanistas traductores como Annamaria Barbera Laguzzi, Hellen Bell y Alcira Soust.
Figura en las muestras de poesía Cartas Credenciales (1994), Poesía Chilena para el siglo XXI (1996), Génetrix: antología de poesía joven (1999), Guía de la Poesía Erótica en Chile (2000). Recientemente ha aparecido en la Antología La poesía de una migración: poetas ítalo-chilenos, publicada por el Istituto Italiano di Cultura de Santiago, 2006. Ha incursionado en la dramaturgia con las obras Muebles de Carne y Hueso y Tatiana Taladra. Walter Galleguillos, artista visual, prepara un libro de imágenes basado en El Amor Insecto en Barcelona, España, 2006. Dirige el Taller de Literatura Creativa "Ecos Emergentes" y prepara la edición de su próximo poemario.
1
Por qué inventaste la historia
¿Por qué inventaste la historia?
Si vivieras el viento
apagador de luces
devorador de cabellos;
el fin traería en sus velos
el espasmo alterado de los postes,
la tierra seca te devolvería
las lenguas insaciables de los pinos.
Pero inventaste la historia
añeja,
desnivelándose en las vigas de la casa
para dormir entre las cartas de los días.
No más campanas en el mausoleo
de los peces. Sólo la canción desafinada
de los buses.
Inventaste la historiay yo sigo igual.
Los días treinta y uno
bajo a mirar la escarcha.
Y tú eres historia,
cayendode los techos.
2. Esa obsesión de...

A Katia Papic
Esa obsesión de ser otro sin ser uno
para dejar de ser el que se era,
siendo a la vez el pez y la pecera,
y entre las multitudes ser ninguno.
Abandonarse y ser a ras de suelo,
lombriz voraz, quemante lombricera
como es el alma cuando traicionera
nos abandona hasta alcanzar el vuelo.
3. Credo
No le creo a tu pasión
resuelta sobre almohadas
ni a la sangreque en preguntas bulle.
Ya sé, la piel a los olores se acostumbra
a convertir en miel sudores agridulces.
No le creo a tu cara de ternura,
brisa calcinante sobre arena,
reptil borracho del crepúsculo,
obligado a caminar sin nombre.
No le creo a las rendijas de tus labios;
más fuerte se retorció el aire.
No le creo a tu placer,
cuchillo fiel de filo suave,
roce tras roce, llamándome al secreto
de la fiesta con campanas del deseo.
Sólo creo.
4. Tropiezo en el que soy…
Tropiezo en el que soy y en el que fui.
Cadáver del adiós enamorado.
Por ímpetu, torrente subyugado.
Terror de ser en soledad sin ti.
Tu ayer fatal. Castigo del pasado.
Huella de beso tatuada en la cerviz.
Piedra del triste, antorcha del feliz.
Por el que soy y en el que fui estrellado,
es mío el rostro de la desventura.
Finalizado como estricto día,
malabarista sin perdón que dura.
Tropiezo en el que soy, y así decía
que del amor gobierno no hace altura
y que en amor igual tropezaría.
5. Con dedos en la humedad de los vidrios
La noche le hacía sin dedos la luna
porque él era árbolal centro de la niebla.
Y era, como dices, invertebrado frío
cesura azote
conversación
vagido al viento.
Danza de la alegría bajo las palmas.
Manicaído.
Hoja sobre hoja.

Selección de Inés Pedraza

Reminiscencia del IV Festival Internacional de Poesía Chillán 2006

En la fotografía: (de pie) los poetas Carlos Almonte, Santiago Bonhomme, Cristián Basso Benelli y Juan Cameron, Juan Carlos Villavicencio y Sergio Badilla (sentados) tras una velada de música en piano de Andrés Morales en el Gran Hotel de Chillán.
Tras la iniciativa de poetas como Santiago Bonhomme y el Grupo Literario Ñuble de la ciudad de Chillán, se llevó a cabo una nueva versión del Festival Internacional de Poesía con la presencia de destacados poetas nacionales como Andrés Morales, Stella Díaz Varín, Juan Cameron, Sergio Badilla, Rosabetty Muñoz, entre otros, en enero de este año.
Provenientes de diversas ciudades y exponentes de diversos estilos escriturales, los poetas compartieron durante una semana sus preferencias de lectura y, sobre todo, la lectura de sus últimos trabajos literarios. Las actividades contemplaron lecturas públicas en el Teatro Municipal de la ciudad como también en espacios públicos y populares -principales calles de la ciudad y una intervención en el Mall El Trébol- donde la gente que circulaba tuvo la oportunidad de detenerse un instante a escuchar a sus autores.
La figura central -que ya ha partido de nuestro lado- fue Stella Díaz Varín. Su voz de altura de montaña y la simpleza filosófica de su poesía siempre estarán con nosotros, haciéndonos viajar desde "Los dones previsibles" hacia un estrato interno más emocional aún.
Los días intensos de encuentros, discusiones literarias, prensa y cenas de camaradería alternaron con intercambios valiosos de obras y percepciones críticas. A teatro lleno, la comunidad chillaneja recibió a los poetas y escuchó de sus propias voces los textos de variada musicalidad y temática.
He de esperar que encuentros como éste sigan perdurando para sentir más cerca la voz de nuestra poesía.

martes, 19 de septiembre de 2006

Segundo Concurso Literario "Cristián Basso", Liceo Darío Salas



Por segundo año consecutivo, el Liceo Darío Salas de Santiago realizó el Concurso Literario "Cristián Basso", que convoca toda la comunidad escolar a participar con obras literarias en los géneros lírico y dramático.
La convocatoria fue iniciativa del Departamento de Lengua Castellana del Liceo Darío Salas como una de las actividades culturales que se celebran cada año tras el aniversario de la institución. La razón que motivó al profesorado, liderado por la profesora Alejandra Rodríguez, fue reconocer al poeta Basso como uno de sus exalumnos que ha desarrollado una destacada labor en el ámbito de la poesía.
Los premiados en la primera versión del concurso fueron:
- Primer Lugar, Mención Cuento. Félix Wong, 2º I / "El cajón de los juguetes"
- Segundo lugar, Mención Cuento. Manuel Alfaro, 3º E / "Almendros de mala suerte"
- Tercer Lugar, Mención Cuento. Fernanda Lueiza, 3º C / "Vieja Mujer"

- Primer Lugar, Mención Poesía. Javiera Morales, 3º E / "La amistad para Nacer"
- Segundo lugar, Mención Poesía. Hermann Sepúlveda, 4º E / "Barlovento"
- Tercer Lugar, Mención Poesía. Daniel Araya, 3º D / "Sonrisas"
DISCURSO DEL POETA CRISTIÁN BASSO BENELLI
Esa obsesión de ser otro sin ser uno
para dejar de ser el que se era,
siendo a la vez el pez y la pecera,
y entre las multitudes ser ninguno.

Abandonarse y ser a ras de suelo,
lombriz voraz, quemante lombricera
como es el alma cuando traicionera
nos abandona hasta alcanzar el vuelo.

(El amor insecto)



Me senté a escribir estas palabras en lo sagrado de la medianoche, y soy el primero en estrechar este día el honor de entrar a mis años juveniles más próximos en nuestro Liceo Darío Salas, en el festejo de su 58 aniversario, a la par de las nuevas voces que hoy serán justamente premiadas en el primer concurso literario que por gran estimación lleva mi nombre.

Agradezco a las autoridades presentes, a los profesores y profesoras, al Departamento de Lengua Castellana que dirige la inolvidable maestra Patricia Frola y, especialmente, a la profesora Alejandra Rodríguez, amiga de años que permanece con su voz y su escritura, y a quien debo la gestación de este momento. Agradezco este viaje que desde la festividad me devuelve los colores de mi educación media, lo vivido por mis hermanos Maximiliano y Boris, también darianos; trayéndome con ello en el vuelo del recuerdo a compañeros y gente amiga que me brindó gran parte de lo que hoy camina conmigo por el mundo.

Regreso a la verdadera poesía, la escrita en la adolescencia, la primera poesía de todo poeta que no se sabe promesa porque es ya una realidad. Regreso a la pasión por escribir y al deseo loco de la eternidad que animó mis poemas en las clases impartidas por entrañables figuras pedagógicas que hoy nos acompañan, de las cuales recibí la palabra creadora y el impulso casi primigenio de la estampa dariana. Porque es así…nunca un dariano deja de serlo totalmente, siempre lo sigue orgulloso su origen, y así lo he comprobado en mis escrituras, mi oficio y mis viajes…

En toda parte me he encontrado con un dariano, contribuyendo a humanizar y alejando excesivos individualismos, desde aquella época en que la hazaña de un premio de poesía iberoamericano me honraba desde Europa, gracias a la vaticinadora insistencia del profesor Matus que confió en mi poesía y me instó a participar, como a ustedes este certamen de aniversario.

Ahora, tras recibir la generosa invitación del liceo, me asaltaron de pronto una palabras bandidas…unas palabras que orbitaron en mi anhelo de volver a decir, de re-crear, de sentirme dariano como entonces; saberme formado en esta tierra educativa que proyecta más allá…No quiero con esto caer en los lugares comunes del halago gratuito y de los lagrimones nostálgicos que tanto consuelan al solitario, pero es inevitable para mí valorar alrededor de los días que pasan esta fiesta que fue partir sin abandonar las vitales enseñanzas recibidas. Permítaseme, entonces, la vuelta de mirada…

Aún en mí viven los amaneceres de escritura trepidante en medio de una lección de matemática, la biblioteca a la cual entré muchas veces a recibir el fuego vivo de nuestros autores nacionales y de aquellos que navegaban en las aguas vanguardistas del pasado. Regreso a este auditorio en el cual muchas veces leí aquellos textos gestados en la sala de clases, en los cuadernos ajados por la travesía de viajar desde muy lejos hasta aquí; las conversaciones en el patio central, las comunicaciones, las rebeldes ocurrencias de apagar la luz en las tardes de invierno, la subjetividad del aburrimiento y la sorpresa de la sabiduría, los diálogos con mis pares, ansiosos de ser adultos de golpe, indignados muchas veces con el acontecer histórico, motivaciones que alentaron mis primeros accesos a la literatura, tal como ocurre con los poetas y narradores que hoy llevan la responsabilidad del nombre de nuestro Liceo Darío Salas, como también de la nutricia literatura chilena. Para ellos va mi primer reconocimiento.

Tenemos en nuestra mente y nuestra alma la suficiente fuerza para resistir el suelo resbaladizo. Tenemos la posibilidad de recuperar los sueños y rejuvenecer cuando se cumplen 58 años, como si una magia se nos fuera concedida para fortalecer el prestigio que nos hizo formarnos aquí y que depende tanto de los alumnos, aquellos que ya estuvimos presentes como aquellos que están aún. Tenemos la posibilidad de entender que hoy somos darianos y que esa impronta nunca nos dejará. Tenemos la certeza de no caer en el recuerdo fácil los que ya seguimos nuestro carro; pero tenemos en ustedes sobre todo la certeza del hombre y de la mujer justos, libres y valorativos de lo humano.

José Hierro, el poeta-puente de España, apunta en unos versos que para cantar hay que vivir. Creo, firmemente, que ese canto hoy regresa para quedarse con nosotros que estuvimos esperando su llegada. Un canto que rompa el silencio y nos devuelva a creer. La posibilidad de recuperar nuestros más hidalgos valores como caballeros de nuestro tiempo, como entendedores de nuestra responsabilidad social, como artistas y hombres que asumimos sin temor el develar las crisis de nuestro tiempo.
Muchas gracias,
C.B.B.
Concurso Literario Cristián Basso
EL CAJÓN DE LOS JUGUETES
Primer Lugar Mención Cuento.
Félix Wong,
2º I

En el cuarto de las muñecas, golpeaba fuertemente el Sol del amanecer, poco a poco salían sus destellantes y cálidos rayos, entre las rosadas cortinas del pequeño dormitorio. Casi iluminada la habitación, por el resplandor dorado del majestuoso Sol, se podía apreciar la bella pieza de una niña, la luz sacaba al aire todo el fino rosa plasmado en las suaves murallas, con delicados toques de un hermoso color violeta, los colores combinaban perfectamente, con el estampado de una azul golondrina, era una lindura de verdad, parecía tan real aquella ave, dibujada en las suaves paredes, que cualquiera hubiese pensado, que aquel pajarillo se hubiera posado en ellas, para quedarse eternamente y no desprender vuelo alguno.Una vez, que el Sol salió por completo y dio a conocer su magnificencia de fugaz emperador, iluminó todos los jardines del reino, los resplandores de la luz dieron en cada rincón del prado y la colina, los brillosos hilos despertaron a todo aquel que tenía vida, las flores despertaron de su durmiente sueño, para ponerse sus mejores trajes del día, y así competir con quien usaba la mejor prenda, se abrieron; rosas, claveles, lirios, hermosas blancas Orquídeas y toda clase de pétalos se lucieron. Luego llegaron las mariposas púrpuras que revoleteaban alrededor de las flores, lucían sus extravagantes, lindas y sedosas alas de variados colores, las que al danzar arrojaban brillosos polvos de estrellas, detrás de ellas venían los zumbidos de abejas, eran como pequeñas niñas rubias que jugaban en lo alto de la pradera.Todo se aclaró y en el cuarto de las muñecas, la niña despertó con un ligero bostezo. Entre las blancas sábanas se asomaron uno o dos deditos muy pequeños, para abrir el manto que rodeaba el delicado cuerpo de la inocente muchacha, por fin ella despertó por completo, después de un largo y reparador sueño, con mucha delicadeza abrió sus dos grandes y azules ojos de luceros, pestañeó varias veces con sus curvadas y largas pestañas, para mirar mejor su alrededor. La doncella caminó hacia el closet de madera, de donde sacó un hermoso vestido color damasco, al ponérselo, parecía que la prenda fuera parte del cuerpo de la niña. Una vez puesto, se lo arregló finalmente y en su estrecha cintura se enrolló un hermoso listón azul que combinaba bellamente con sus ojos.Después tomó un peine de plata que estaba en una mesita, peinó su sedosa cabellera rubia, era como ver la miel ondularse entre las cuerdas del reflectante cepillo, una vez finalizado este acto bajó su suave mano para dejar el peine en su lugar.Para terminar su hermoso atuendo, se puso un par de calcetines y con ellos sus zapatitos de charol negro, parecían dos conchitas oscuras con dos grandes hebillas doradas.Luego miró seriamente su cuarto, para ordenarlo, pero al rato de terminar este acto se percató de que tenía demasiadas muñecas, y no había espacio suficiente para guardarlas, trató de ponerlas en el closet, pero no había cupo, porque estaba repleto de finos y numerosos vestidos, miró por toda su alcoba, pero cada rincón estaba ya ocupado. Esto le preocupó seriamente, pero en fin no había más remedio, la bella damisela no supo que hacer con tal semejante desorden, pero algo la interrumpió, eran las campanas que la llamaban a desayunar. La audaz niña bajó cuidadosamente las gigantescas escaleras de mármol, que daban mareadoras vueltas en forma de caracol, ya estando abajo, vino la sirvienta que la acomodó para sentarla a la mesa con su amado padre, solamente a él ella esperaba, la :frágil muchacha no tenía madre, era completamente huérfana de toda imagen materna, pero no se entristecía, porque los recuerdos de ella eran enteramente nulos. En el gran palacio sólo habitaban el padre y ella, claro, después venía la servidumbre, la pequeña se sentía muy sola., porque en aquel lujoso reino no habitaba ningún niño aparte de ella, nunca podía correr ni saltar, hasta danzar en los prados floridos le hacía mal, porque sufría de una extraña enfermedad maligna, que la perseguía desde prematura infancia, ella tenía rigurosos cuidados, le estaba permitido sólo jugar con las muñecas, nada más, 3parle de eso, algunas veces la soledad la invadía, sus únicas amigas eran sus mismas muñecas y las pequeñas aves que solían visitar de vez en cuando su balcón.Una vez sentado el padre a la mesa., saludó cariñosamente a su hija diciéndole:" -¡Buen día mi doncellita!Buen día padre, respondió amablementeQue linda estás, en el día de hoy, exclamó élGracias, contestó ellaY así continuaron los cumplidos por parte del padre, hasta llegaron a un importante tema:” El cumpleaños 12".Mi querida damisela., ya se aproxima tu cumpleaños, faltan tan sólo 3 días, el padre preguntó: ¿qué te gustaría recibir de regalo? ¿un fino atuendo o hermosas muñecas?, la niña exclamó a estas preguntas y respondió con un rotundo no, y prosiguió diciendo: tengo ya bastante de esas cosas, y lo que realmente me gustaría , es tener un bello y gran cajón de juguetes, para mantener mi cuarto ordenado y mis juguetes guardados. Me parece muy bien, dijo el padre, tu deseo se te cumplirá.Una vez terminado el desayuno, la pequeña se marchó al gran jardín, para contemplar los bellos tulipanes, que habían brotado.El padre, enseguida ordenó al carpintero del reino, que construyese un cajón de juguetes, el carpintero exclamó: si su majestad, mañana, a medio día, estará hecho, se lo fabricaré con la mas fina madera del todo lejano bosque, el padre respondió: ya puedes retirarte.Mientras tanto, en el jardín la niña recolectaba bellas flores, para hacer un lindo ramo. Las rosas blancas hablaron: ¡Oh, preciosa moza que hermosa se encuentra en el día de hoy, y una de ellas exclamó: ¡si parece una verdadera muñeca de fina porcelana, que hasta los ángeles desearían jugar con usted!. La muchachita no respondió a los halagos que las rosas le proclamaban., porque su interés estaba fijado a una bailarina mariposa que revoleteaba por el colorido jardín., ella se para en el verde césped para ir detrás de las alas revoleteadoras, corrió y corrió, por todo el primaveral jardín y la mariposa no se dejaba atrapar.Ella le decía ¡ven aquí! ¡ven aquí!, pero estas palabras animaron mas a la voladora mariposa para huir con mas rapidez, pero la perseverante damisela corrió y corrió, basta que el aire se le acabó y un marcado desmayo vino a ella, como un soplido de espantosa tragedia.Todas las flores del jardín gritaron y lloraron, las rosas blancas se desesperaron y gritaron: ¡sirvientas, sirvientas!, vengan rápido, una vez escuchado los gritos de auxilio, acudieron rápidamente, la entraron al palacio y la pusieron en su cuarto, para que reposara y al lado de ella una sirvienta que la vigilaba.L1egó la nocturna noche, las flores en el jardín se durmieron y una espesa niebla cubrió todo el reino, la noche estaba salpicada de estrellas, sólo eso se podía apreciar.La doncella, seguía decaída en su habitación, pero un fuerte ruido se escuchó, era el desesperado padre que abrió abruptamente la puerta, diciendo: me acaban de informar, que mi hija está mal. Usted está en lo cierto, respondió la sirvienta, que estaba al cuidado de la enfermiza niña. El padre angustiado mandó a buscar al mejor doctor que podía habitar en todo el reino, toda la noche fue :fría y desolada y la damisela no se recuperaba.Al día siguiente el Sol no iluminó como de costumbre los jardines, sino se escondió en las grises nubes, que cubrían todo el reino.El padre estaba angustiado y nervioso, por que aún no llegaba el doctor, pero este por fin apareció, subió rápidamente los gigantescos escalones de piedra, para examinar a la enfermiza, luego de revisarla, el doctor le dijo al padre, que ella padecía de una grave enfermedad, el padre sabía lo que era, por que nació con esta enfermedad, y que ahora se le había desarrollado. El doctor le recetó unos medicamentos, para que se lo diesen y señaló que vendría nuevamente para observar su mejoría, esto tranquilizó un poco al padre.Luego de haberle dado todos los remedios, la niña se normalizó un poco, y al rato después se durmió en un profundo sueño silencioso, lleno de paz.El padre tenía otra preocupación, faltaban sólo 2 días para el cumpleaños de su hija entonces se sentó para esperar al carpintero que le había prometido que el cajón de juguetes estaría listo para hoy. Llegó el medio día, justo carpintero se presento con lo pedido y prometido.Pasaron los días y la doncella se sentía un poco mejor, y al momento de despertar, enseguida se puso a jugar con sus muñecas, el padre estaba feliz con este acontecimiento, todos estaban alegres; la servidumbre, los pajarillos y las flores del gran jardín.Fue un día espectacular, las golondrinas entonaban un bello himno melódico en honor a la recuperación de la frágil pequeña, todo era hermoso y claro, en fin era un lindo día especial que se celebraba en todo el reino.AI atardecer rojizo, todo el celeste cielo se pintó de un ardiente rubí, todos se preparaban para el gran día de mañana “El cumpleaños 12".La noche golpeó al reino para que todo ser viviente se durmiera y estar descansado para el gran festín de mañana.Hoy era el gran día que todos esperaban, el cumpleaños de la doncella. Tenía exactamente doce años, y el dorado Sol, lucía con radiante color oro en los jardines del palacio.Las flores estaban mas bellas que nunca y se ponían sus mejores atuendos. Las elegantes rosas se reían y erguían, para desafiar a los pequeños lirios morados que posaban en la verde hierba.Las azules golondrinas cantaban preciosas melodías en gigantescos coros azulados, voletearon abejas y mariposas para hacer enormes rondas voladoras y esparcir polvillo dorado y llenar el aire_ con su dulce y suave perfume.El padre se sentía tan feliz por que hoy era el cumpleaños de su prematura muchacha además porque hoy le entregaría el deseado regalo que su hija anhelaba “El cajón de juguetes”, el padre subió los grandes escalones arqueados y como nunca estaba tan entusiasmado; todos se preparaban para entonar el feliz cumpleaños. Una vez arriba, abrió la puerta del cuarto y se dirigió a la cama, para despertarla y sorprenderla con su magnifico obsequio, exclamó: mi doncella, levántese, pero ella no respondió al llamado de su padre, pero él insistió, la llamó por segunda vez y le tocó el hombro y en un instante la muchachita dio una vuelta brusca con su cabeza rubi y los ojos bien abiertos mirando fijamente hacia al infinito, no bastaba deducir que la pequeña estaba ya muerta, el día espléndido se enlutó rápidamente; las flores envejecieron y dieron un grito de tristeza y largos lamentos, las mariposas y abejas apagaron sus vivaces colores y repentinamente cayeron ligeramente a la hierba, las negras nubes comenzaron a cubrir todo el reino y se pusieron a llorar y con ellas las muñecas de porcelana que eran testigos de aquella oscura tragedia, todo el reino fue llanto, los alegres preparativos se cambiaron por los de un funeral. Las aves entonaban tristes melodías y los manjares del festín se convirtieron ahora en banquete de duelo.El padre lloró y lloró por largas horas y estuvo junto al cadáver de su hija por mucho rato, luego de agotar sus lágrimas de congoja y dolor, dijo: la muerte cayó sobre ti tempranamente, como la espesa niebla que cubre la prematura flor, mi bella hija aún muerta pareces viva, tu belleza se conserva, es tanto que te pareces a una delicada muñeca de porcelana., soy incapaz de ponerte en un crudo ataúd.El cielo se la ha llevado., solo espero que junto a Dios tu seas feliz sin mezcla de dolor alguno.El padre lamentándose, tomó a la doncella entre sus brazos y la puso en el “gran cajón de juguetes", y por segunda vez exclamó: tu ataúd será este cajón de juguetes y una vez puesto en el, lloró . Con lágrimas en sus ojos se dijo: mi doncella, es ahora mi muñeca que guardo yo en este hermoso cajón de juguetes, que ella tanto anhelaba para este día.

lunes, 18 de septiembre de 2006

María Bargetto: una poeta de alto vuelo


Chile tiene cierta costumbre de no querer mirar sino a algunos hacedores de su cultura. Cosa adecuada cuando se trata de resaltar sus valores y, sobre todo, la atención mezquina a quienes han dedicado su vida al desarrollo de la cultura y sus proyecciones. Una de las voces que deberá situarse entre nuestras más próximas y certeras órbitas de la poesía es María Bargetto. A ella va mi tiempo de hoy para compartirlo con ustedes. Conozcámosla... No sólo "vale la pena" -criterio muy ususal entre nosotros- sino que es de rigor nuestro su lectura, la comprensión de sus textos que con delicadeza nos hacen creer en una poética artística, de "mirada profunda". María Bargetto fue directora del mítico Taller Literario "Raco". Nos queda mucho para agradecerle sus clases, sus palabras rodeando el jacarandá de su casa donde nuestras primeras letras tuvieron que seguir largos caminos que, sin ella., habrían estado destinados al olvido. No fue así...ella logró impedirlo.




MARÍA BARGETTO: Nacida en la austral ciudad de Punta Arenas, descendiente de inmigrantes italianos. Casada, cuatro hijos. Licenciada en Artes Musicales en la ciudad de Concepción. Inicia tempranamente actividades artísticas en su ciudad natal, obteniendo premios escolares en el área literaria.

Participa en talleres literarios y musicales, asimismo en los cursos de Periodismo, Temporada de Invierno, realizados en dicha ciudad por la Universidad de Chile.

Luego se traslada a la capital donde ingresa a la Facultad de Música de la U. de Chile debiendo suspender posteriormente los estudios para radicarse con su familia en India y Pakistán por un tiempo prolongado, estadía que marca una particular influencia en su poesía. A su regreso, se establece en la ciudad de Concepción, donde reinicia sus estudios, participando activamente en eventos musicales y literarios de la zona, colaborando en diarios y revistas de la ciudad.

Miembro fundador de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), Filial Concepción, época en que obtiene algunos premios, literarios entre ellos “Cuento, Radio U. de Concepción”, “Premio Poesía, Instituto de Lenguas U. de Concepción” (Poemas de la Noche) “Premio Poesía Municipalidad de Valdivia” (Poemas de la Noche, el Hombre y el Mar).
Se radica con posterioridad en la ciudad de Puente Alto, Provincia Cordillera, donde inicia una notable trayectoria creando allí numerosas instancias culturales, siendo una de las más significativas el emblemático “Taller Literario RACO” de C.M.P.C. Puente Alto, que marcara toda una etapa de realizaciones, encaminadas especialmente a los jóvenes, mediante la creación de Concursos Literarios, de Pintura, Afiches, recitales de Poesía, Encuentros con escritores invitados, Presentación de Libros y Mini Temporadas de Conciertos que incluían música y poesía



Obtiene otros reconocimientos literarios, “Premio en Poesía Infantil”, Secretaría de Relaciones Culturales, “Premio Poesía Unión de Escritores Americanos y Revista Cuerpo Diplomático”, “Premio Poesía para Autores Extranjeros”, ciudad de Villa Dolores Argentina.

Asiste a numerosos encuentros literarios dentro y fuera del país, entre ellos a la ciudad de Villa Dolores Argentina, ciudad de Durazno, Uruguay, ciudad de Acebal Santa Fé, Argentina y ciudad de Bahía Blanca, Argentina.

Su trabajo literario está disperso en Antologías, diarios, Revistas y Anuarios de las diversas regiones donde ha residido destacando “Antología de Poesía Magallánica” (Sociedad de Escritores Magallanes Poetas del Mar (Matías Cardal / Tomé) “Poesía Hispanoamericana” (Alfonso Larrahona / Valparaíso) “Poesía Infantil” (Secretaría de Relaciones Culturales / Santiago) “Revista Aleph” (Sociedad Escritores / Concepción) “Revista Portal” (Editorial Bolt / Santiago) Selección de Cuentos Infantiles (Editorial Bolt / Santiago) “Antologías” ciudad de Bahía Blanca Argentina (Editorial Altair), “Revista Literaria El Espino” (Puente Alto).

Actualmente se desempeña en Asesoría Cultural y Dirección del “Taller Literario Celulosa Laja” de Papelera filial Laja, siendo selecionada para una nueva “Antología de Poesía”, publicación de la Editorial Altair, Bahía Blanca, Argentina.


LA LUZ Y OTRAS ORILLAS


¿Recordarías tú ahora

que la luz senos ha ido

el esplendor de las manos sigilosas

en el contrapunto verdoso

de la noche tardía?

¿Recordarías ese canto desnudo

las heridas del mar

nuestras huellas furtivas,

desterradas lenguas

en la hojarasca madura?

Amanecía buscando

el nacimiento de la forma

y el tiempo se prolongaba

en los agobios del tiempo.

La palabra, el desafío de un cardo

disputaba su lugar

en las arenas fosforescentes.

¿Recordarías ahora, si estuvieras?

La noche permaneceen sus párpados de niebla

La luz sigue pasandoen los filamentos

de las hojas.Lo demás, está impreso

en el discurso de las tormentas

y forma parte

de los inventarios del silencio.



ENTRE LA LUZ Y LA SOMBRA


Algo como un estigma

flota esta noche

sobre las cosas...

Algo como la luz que permanece

en las ceremonias del tiempo.

Camino bajo los fardos

de un dolor cultivado

bajo la hierba.

Un invierno profundo

duerme en las yemas

de los dedos

y las estrellas son

como uvas fosforescentes

en la fuente inagotable

del silencio.


Algo como un aroma exprimido

en los laberintos

agudos del viento

algo a veces tan dulce

como el corazón de los higos.

Avanzar como la noche

por las oscuras raíces

abatiendo los párpados

en una densa marejada.

¡Y la razón tendida

como un alambre

que pasa temblando

entre el sueño y la nada!


Algo crece y crece esta noche

y se empina del marfil

del hueso

a la luz inmóvil

de las estrellas.

Una dalia fría como la muerte

palpita encabritaba

y gira por las corrientes

profundas de los océanos.


Algo fugaz como las simientes

en sus peregrinaciones aladas.

Volver siempre al puente

donde un día

estallamos en llanto

como vuelven a morir los peces

a las cunas cristalinasde su origen.


Algo como una gota

que se descuelga

en las enredaderas del alma.

El estigma perenne

clavado como un astro

en la frente desnuda del hombre.


Algo entre la Luz y la Sombra

Soledad... soledad...


Besos: un poema de gran contención del poeta Andrés Morales


















Tu boca una bandada de gaviotas
que trae a mí el mar con su sonido
y nubes que aparecen y cielos que se abren
o una fiel tormenta de rayos en mi boca.

Seleccionado de Demonio de la Nada, Andrés Morales: RIL Editores, Santiago de Chile, 2005.


Fotografía de Jorge Sacaan

Lectura Crítica 2: Presencia y conexiones: Martín Fierro y Borges, por Cristián Basso Benelli

Si bien Borges no dedicó un poemario completo a la figura de Martín Fierro, éste constituyó uno de sus principales temas, tanto en prosa como en verso, como se desarrolla a continuación.
Una revisión de los textos poéticos obliga a considerar aspectos biográficos de Borges que se entrelazan de modo sorprendente con su formación intelectual. Desde la infancia, el autor intenta descifrar enigmáticos mundos en las lecturas aprehendidas en la biblioteca de su abuelo, don Isidoro Acevedo, y ampliada por el conocimiento de la lengua inglesa, heredado de su abuela materna; prueba de ellos es su traducción de El príncipe feliz realizada tan sólo a los nueve años de edad. Este conocimiento se hará incesante y ávido en el transcurrir de su vida, al igual que su admiración por Martín Fierro, cuyas sutilezas de su canto le otorgan un carácter lírico especial desde donde entona su canto y las visiones de aquello que vivió y padeció. Es decir, presenta una conciencia de Hombre que frente a la adversidad y la explotación, en un espacio de infinitud como lo es la llanura, desarrolla la historia de su vida. Tales son las referencias relativas a Fierro en algunos poemas de Borges.
Los poemas escogidos son Poema Conjetural de El otro, el mismo ; Los gauchos y las milongas a Flores y Calandria de Elogio de la Sombra, que, distantes en su escritura y aparición, nos permiten conformar una visión del gauchaje y las implicancias trascendentales de Martín Fierro, como cuando caracteriza a los gauchos en Elogio de la Sombra:

“Aprendieron los caminos de las estrellas, los hábitos del aire y del pájaro, las profecías de las nubes del Sur y de la luna con un cerco” (EDLS, p.99)

Pero es el canto el eje conductor de la enunciación del sujeto que se construye en Martín Fierro. El cantor se presenta a sí mismo, destacando su capacidad de persuadir al auditorio con su decir poético. Se lee en MF:

Yo soy toro en mi rodeo
y torazo en rodeo ajeno;
siempre me tuve por gueno
y si me quieren probar
salgan otros a cantar
y veremos quién es menos

El canto es un medio que, acompañado por la guitarra, expresa con el arte la improvisación, en un lenguaje propio de su naturaleza, el carácter del hombre de la pampa que en el canto alcanza el consuelo a sus penas:

“Aquí me pongo a cantar
al compás de la viguela
que el hombre que lo desvela
una pena estrordinaria
como la ave solitaria
con el cantar se consuela”

(MF: P. 19)

Albarracín destaca que el hecho de desarrollar la primera parte del MF por medio de una inventio, como se aprecia en la estrofa anterior, la invocación a la divinidad, a la usanza clásica de hallazgo de la idea, sitúa al cantor como el conductor de la narración que los oyentes vivifican. Borges, por su parte, en el texto Los gauchos agrega:




“ Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto que habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos, hombres de la partida policial; alguno, el escuchado, fue el payador”
(EDLS: p. 100)

La voz del payador en MF cobra importancia en la configuración identitaria del gaucho. De este proviene el ritmo de sus versos que, aunque no letrados y fáciles de elaborar, configuran características: gallardo, humano, sensible. Por ejemplo, cuando llora la pérdida de sus hijos y la desaparición de su esposa, sobrepasadas sus fuerzas física y espiritual:

“Aunque muchos creen que el gaucho
tiene un alma de reyuno,
no se encontarrá ninguno
que lo dueblen las penas;
mas no debe aflojar uno”


Explica Borges en La poesía gauchesca que las guerras latinoamericanas que tuvieron lugar en la época de la Independencia, contribuyeron a que el hombre de cultura civil se compenetrara con el gauchaje. De la unión azarosa de estos dos elementos nace la literatura gauchesca.[1]





Un entorno de enfrentamientos, deserción, abandonos, soledad, pleitos, los que se entrecruzan con dos aspectos que para MF son dones recibidos por Dios: el habla y el entendimiento. La palabra configuradota de la identidad, fragmentada por hechos abruptos como el enfrentamiento con el negro. Los mundos se cierran y abren para el personaje: “El diálogo pausado, el mate y el naipe fueron las formas de su tiempo.” Y prosigue “a diferencia de otros campesinos, eran capaces de ironía. Eran sufridos, castos y pobres. La hospitalidad fue su fiesta” En relación a lo anterior, Albarracín señala que “el gaucho representa a Fierro entonando su canto autobiográfico ante los parroquianos de una pulpería, y que la Vuelta lo representa, días después, dando fin a ese canto”.
En cuanto a la muerte, MF oscila entre matar y ser muerto, la defensa de su existencia y la de quienes lo acompañan. La muerte como una constante que en Los gauchos , Borges especifica que “morían y mataban con inocencia”. Nos profundiza el ser del gaucho: “No murieron por esa cosa abstracta, la patria, sino por un patrón casual, una ira o por la invitación de un peligro”, y añade “vivieron su destino como en un sueño, sin saber quiénes eran o qué eran. Tal vez lo mismo nos ocurre a nosotros”
Otro de los rasgos que explora la poesía borgeana en torno a MF son los ritmos poéticos, métricas que se dan incluso en sus milongas como la referida a Manuel Flores:

“Manuel Flores va a morir.
Eso es moneda corriente;
Morir es una costumbre
Que sabe tener la gente”

(Milonga de Manuel Flores)
En el Poema Conjetural, se modela la matriz que da sentido trascendente de permanente aventura vital, en que el sujeto poético construye su identidad; sin embargo, se patentiza una mirada impactante de sí mismo , desde la cual se instala para emitir su discurso hecho carne, es decir, presentado a sí mismo como protagonista abrumado por la acechanza de los peligros y la muerte:

Pisan mis pies la sombra de las lanzasque me buscan. Las befas de mi muerte,los jinetes, las crines, los caballos,se ciernen sobre mí ..

(Poema Conjetural, p. 49 )

A partir de la concepción de que el mundo borgeano racionaliza en su necesidad de hallar respuestas, el sujeto poético se identifica con el acto de cantar, de defender sus convicciones, de la consecuencia entre lo dicho, la forma de lo dicho y la acción como afluentes que posibilita no sólo la expresión, sino que es capaz de enfrentar reflexivamente una respuesta en la unión de los contrarios, aparentemente imposibles de unir, en busca de una salida al laberinto que lo angustia. Lo histórico se entremezcla con lo íntimo, espiritual, alcanzando a ratos fuerzas inquientantes:

Servando Cardoso el nombre
Y no Calandria el apodo;
No lo sabrán olvidar
Los años, que olvidan todo

(Milonga de Calandria, EDLS, p.111)}

O bien:
Yo, que estudié las leyes y los cánones,yo, Francisco Narciso de Laprida,cuya voz declaró la independenciade estas crueles provincias, derrotado,
(Poema Conjetural: p.49)
[1] El pionero en el tema gauchesco fue Bartolomé Hidalgo, barbero que fue caracterizado satíricamente por otros críticos, el autor rescata, no obstante dos características fundamentales de este payador: fue soldado y además escribió con anterioridad a la invención de sus personajes Jacinto Chano y Ramón Contreras, sonetos y odas endecasílabas.
Extracto del estudio "La poética de Borges y Martín Fierro", realizado por C. Basso, Departamento de Literatura, Universidad de Chile. Derechos reservados.

domingo, 17 de septiembre de 2006

Lectura de Poesía Casa Central Universidad de Chile: "Diálogo entre generaciones y nuevas propuestas en la poesía chilena"


El 27 de septiembre, a las 18:30 hrs., se realizará en la Casa Central de la Universidad de Chile una lectura poética y un foro en torno a las nuevas miradas a la Poesía Chilena. Destacados poetas y académicos del Departamento de Literatura, como Andrés Morales y Cristián Montes, leerán sus textos y presentarán a poetas como Javier Bello, Federico Schopf, Manuel Naranjo , Cristián Basso Benelli, entre otros autores jóvenes. La actividad se enmarca entre las actividades del Primer Festival de Poesía Chilena, que organiza el Departamento de Literatura de la Universidad de Chile y que se llevará a cabo en noviembre.

"Campo de Cenizas": un poema de "El amor insecto"

















Amanecí llagado
sobre un campo de cenizas.
A mi alrededor la muerte cosía
mis costras para hacerse un abrigo,
guiñaba el ojo a un ave de rapiña
que a lo lejos se saciaba.
No me dejes ver el abandono ahora
con los ojos de piedra. No me hagas
llamarte a gritos si extirparon tus tímpanos.
Espérame al anochecer en nuestra casa,
prepara café cargado y un baño caliente
de sales o flores o lunas desteñidas.
Llagado amanecí y no lo sabes;
amanecí puesto en una caja

que nadie abrirá, salvo tú
cuando no quiera abrazarte.
No me prives, no me pruebes,
no me expongas hoy
al fuego del verano.

(Fotografía de Jorge Sacaan)

Entrevista a Cristián Basso: "“Es necesario que la poesía se mueva sensualmente en las influencias…”, por Nadiesda Budnevich



1. ¿De qué manera crees que tu abuela ayudó a que hicieras nacer al escritor que llevabas dentro?

De la manera menos forzada que existe. La infancia significa para mí una secuencia de imágenes donde ella es imposible de apartar. Pese a que su formación como estricta directora de colegio le amansó el trato y el habla, mi abuela no tuvo sino los gestos del silencio, que no eran los de la indiferencia, sino los de la delicadeza del silencio. Esto es, dejarme en la pieza sin necesidad de diálogo, rodeado de adultos, ajeno a los juegos que suelen motivar tanto a los niños. Y no quiere decir que fuese uno atípico. Simplemente la soledad propicia de la contemplación me era permitida gracias a ella…y casi etimológicamente se me dio ese “cum-templum”, es decir, estar “como en el templo”…del sosiego, del sol otoñal sobre la cara y de una caja al lado de la cama donde sólo habían hojas, un lápiz y un libro de poemas. Fue en ese contexto que su presencia y su parca manera de abordarnos me condujo a la escritura como espacio de compañía. El proceso de escritura por lo demás es eso: permanecer en el silencio y, contradictoriamente, congregar las voces que anhelan la eternidad de lo impreso.



2. Tú estudiaste en el Liceo Darío Salas, donde te destacaste como un gran poeta. ¿Cuál es la primera emoción que te nace cuando lees que el concurso de poesía que se realiza anualmente en el colegio lleva tu nombre?

Al comienzo, extrañeza; después, aceptación y gratitud. El liceo Darío Salas fue en mí como la imagen de un gigantesco baobabs, una suerte de gran árbol en que ampararme, pero con la timidez propia de los quince años, los que uno vivía en los noventa, claro…Llegar de anónimo visitante de las salas a convertirse en el “canapé” de cuanto acto cultural hubiere, sin duda, me gestó la costumbre de reunirme con todos y todas, aunque en más de una ocasión mi discurso fuera contestatario. Hoy es más conciliador porque se valora en el tiempo mucho más...Me pareció muy emocionante entregar los premios el año anterior a jóvenes poetas y escritores que, al igual que yo, recorren los intersticios del liceo, saboreando una clase de literatura o estirando los hilos de un nuevo verso

3. Al leer una de las biografías que te reseñan en internet, se dice que comenzaste a escribir en el invierno de 1984. ¿Podrías contarnos qué hito marcó ese comienzo?

Durante un tiempo se criaron en casa unos conejos angora. Era el invierno de 1984 y la violencia de una poderosa lluvia arreciaba. Sin duda, trajo lo típicamente venido para Chile en esas fechas: barriales, truenos e inundaciones...fue así como las jaulas que guarecían a los conejos, cedieron hasta romperse. Los conejos arrancaron pero cayeron a sendas pozas y no resistieron el frente de mal tiempo. Al escampar la lluvia más débil de los días siguientes, me asomé al patio por la ventana de la cocina. Allí estaban los cuerpos de los conejos muertos esparcidos por todos lados. La imagen nunca la olvidé. Así se gestó mi primer poema: “Angora”, perdido a estas alturas.

4. ¿Cómo lograste editar tu primer libro?, ¿qué pasos seguiste para hacerlo?

Luego de que decidiera hacia los trece o catorce años dedicarme con más tiempo a la poesía y el teatro, y mi nombre empezara a ser costumbre de ciertos oídos incrédulos, y se diera esto del premio en España, declaré en un diario de Santiago que no se podía conocer a un poeta si no se le había leído antes. Tuve algunos ofrecimientos parcelados, hasta que opté por la generosidad, y el entusiasmo sobre todo, de un grupo de profesores de historia que habían fundado recientemente la Editorial Tiempo Nuevo, ya inexistente tengo entendido, para que editaran mi primer libro: “Alalia”. Luego vinieron los pasos de rito...selección, lecturas y más lecturas para recoger percepciones aunque optando por mi criterio y el de mi maestro y amigo Samir Nazal. Fue así como se editó Alalia.


5. En el encuentro literario "Chillán Poesía 2006" (enero 2006), uno de los poetas concurrentes dijo, a propósito de los de Santiago: “tal vez la diferencia con los que somos de región es que nosotros al estar más aislados no somos tan permeables a las modas como ellos. Allá se visten de poetas, son más uniformados”[1]. ¿ Qué piensas al respecto?

De partida, Chillán Poesía es uno de los eventos más importantes de poesía que se vienen dando en Chile desde hace unos años. Es la primera muestra de que aquello de las diferencias entre poetas de regiones o solemnes poetas de etiqueta dorada, no tiene sellos tan marcados de territorialidad. Si bien la tierra natal ejerce sobre nuestra mirada peso y emoción, es también pertinente asumir que se recibe tanto de afuera como de lo local una manera distintiva de hacer poesía. Por lo demás, no me parece certero tildar al poeta, harto vapuleado en estos tiempos y siempre criticado por su distancia aparente de los procesos que vive el país y el mundo, que sí debe ser motivo de preocupación para todos, de “uniformado” porque pruebe otras formas y los poetas de regiones han probado con creces sus cantos ebullentes, vivos, frescos. Es decir, tienen tanto que aportar como nosotros que nos movemos en el sonido lírico con más estrépito de buses.

Es necesario que la poesía se mueva sensualmente en las influencias, aunque sin desconocer la tradición y el oficio que nuestros pares han desarrollado y siguen cultivando. Me parece que el proceso de modernización que vive el país, y que ha traído consigo más incomunicación contradictoriamente, volverá a sus poetas para recuperar el alma que se le quedó a muchos en el PC. Con esto no quiero decir ni que la tecnología no sea útil (muy por el contrario) ni que no deambulen por nuestra ciudad que soñó Vicuña Mackenna, solemnes figuras decimonónicas que reviven a nuestros grandes poetas y nos ofrecen otra división. No...los poetas de regiones se destacaron en Chillán...y ese sólo hecho demuestra cuánto seguirán aportando a nuestra variada tierra de versos.

6. Todo poeta tiene su rito de escritura, ¿puedes contarnos cuál es el tuyo? En el sentido metafórico, ¿tú te vistes de poeta?

El proceso de escritura es mí una pregunta permanente. Me lo he cuestionado al pasar el tiempo – en los demás y en mí- y, sin embargo, me sorprende la vigencia de un poema escrito hace una década, aunque de otros sólo recuerde el saludo...Intuyo o me aproximo mejor a la idea de que escribo antes de escribir...mis sentidos están alertas, pero mejor aun el oído...y luego se graban voces, sonidos, sutilezas, variantes de una situación que puede ir de lo más insignificante hasta lo más estrepitoso. Mi ritual de escritura coincide con el de Hahn...el poema me asalta, usualmente en las micros, en el baño, subiendo una escalera, en medio de una conversación o antes de dormirme. Como ves, en los momentos más inesperados. Por ende, no me visto de poeta. No hay que vestirse; hay que trabajar más aún pero sin culpa y con mucho gozo..

7. ¿De dónde nacen los nombres de tus dos libros de poemas: Alalia y El amor insecto?

Parto mis libros generalmente por el título. El nombre me orienta, me personifica el cuerpo que ha de configurarse. En “Alalia”, la sugerencia fue sonora...e irónica. Es el poemario de la primera voz, de la búsqueda de la voz y de su hallazgo en el triunfo de la fusión vida-muerte desde la alalia que, irónicamente, supone la pérdida del habla, imposibilidades para comunicarse. Un poeta no debe tenerlas. Asimismo, “El Amor Insecto” se gestó como un nombre para retratar los rasgos de la animalidad del amor. Se convirtieron en insectos los poemas y, sin embargo, han susurrado lejos sus secretos.

8. Como profesor universitario, ¿qué métodos utilizas para motivar a tus alumnos a leer poesía?

Leyendo en clases poesía, gran poesía para uno. Se muestra el texto pasionalmente, acerca el poema a la experiencia vital del lector. Se le cuenta que en poesía es clave “ver”, luego “descomponer”; luego rehacer. Un método posible es la lectura llamativa, la indicación de palabras que se convierten en ejes para la interpretación. No tanto fuego de artificio. La poesía debe ser gritada, llorada, cantada, pero cuando es alma del poema....

9. ¿Crees que en Chile existen políticas claras respecto del fomento a la lectura?

Lo que existen son fondos concursables muy necesarios para los artistas. Chile aún tiene mucho por hacer en materia de políticas culturales. Es necesario que se considere el arte como parte esencial para que el progreso no termine consumiéndonos o transformándonos en máquinas…Las políticas deben tender a resguardar al artista. Muchos viven en condiciones deplorables. Eso debería darnos vergüenza, pero una que produzca movimiento, cambios efectivos. La lectura por supuesto que ha sido una de las principales víctimas. No se lee por muchos motivos, pero hay que destruir el mito de que la poesía es menos leída aún. En tiempos de sequía lo mejor es beber de sus aguas.
[1] Diario electrónico “La Discusión”, Chillán. Visitado el 11 de marzo de 2006.

Entrevista realizada por Nadiesda Budnevich para el Ministerio de Educación, página web sobre escritores jóvenes.

El sonido y el silencio en "Alalia" de Cristián Basso Benelli, por Isabel Sanhueza



“Sólo una voz desciende
a este silencio,
sacude los pies del abismo,
anega el canto
y lo exprime en mis manos
haciéndose arena.”
(De Sonido[1])

Con Alalia, el poeta chileno Cristián Basso Benelli (1976), inicia el ciclo de publicaciones en importantes antologías[2], que retoma en 2003 con la edición de El Amor Insecto [3]–“libro resueltamente mayor”, como señala el crítico y escritor Samir Nazal- que actualiza su presencia en la poesía chilena actual tras un tiempo en que el autor dedicó tiempo a la escritura de sus proyectos literarios, según consta en el prólogo de la poeta y crítica Verónica Jiménez. Pero el objeto de estudio en el que centro mis percepciones críticas en esta oportunidad es Alalia, cuyos poemas obtuvieran premios relevantes como el Premio Gabriela Mistral de la Ciudad de Santiago y el Premio Iberoamericano Paz y Cooperación en España.

La poesía de Basso sumerge al lector en una atmósfera íntima y lo sitúa para comprender lenguajes nuevos y experiencias sinestésicas, propias de una comunicación en la que no se utilizan la palabra como medio de comunicación. Alalia remite a una imposibilidad del habla que afecta al sujeto poético, lo cual lo guía para buscar otros lenguajes, otros códigos no afectados por categorías gramaticales. En este sentido, el lector se encuentra con dos elementos que lo ubican dentro de este espacio comunicativo. El sonido y el silencio, desde los cuales realizamos la lectura de este poemario y que se presentan en escenarios poéticos formados por elementos naturales, creando así una experiencia estética sutil e íntima.

Estos elementos poseen sus propios códigos y lenguajes. Árboles, mar, noche, estrellas, laguna, niebla, viento, pájaros y otros elementos mantienen una constante comunicación entre sí, mientras en otros momentos el sujeto poético mantiene una relativa comunicación. En otros casos, realizará un papel de abrigo, de escondite para los amantes, mientras en otros estará enfrentado con el sujeto.

“De nuevo la gélida estación,
el cuarto silente.
Augurio misionero en los tejidos.
El almendro
florece con las piedras.
El caramelo baja
por el tronco
de los árboles,
lo bebo,
íntegro y silvestre.”

(De Médula)

Por otra parte, algunos poemas de la obra se presentan en una estructura cercana al haikú, siendo uno titulado de esta manera. Paz (1991) dice al respecto que “en el haikú la palabra se resuelve en silenciosa contemplación” y que hay una preeminencia del lenguaje frente al escritor. Y no puede ser de otra forma, puesto que la manera en que esta alalia se resuelve es precisamente, a través de la contemplación que el sujeto poético experimenta con la naturaleza y sus seres, adquiriendo su lenguaje y posibilitando su comprensión.

La tarde muere
de sollozos.
Te figuro de blanco
(Haikú)

Así, la naturaleza misma es un haikú que necesita de una contemplación constante para ser comprendida. Ésta, a su vez, no puede ser realizada con una visión prejuiciada, sino ingenua, llana, casi infantil.

Duerme el grillo.
En la cruz
diseca su canto.
(Muerte del Primer Grillo)

Dentro de actitud contemplativa, el sujeto poético desarrolla un nuevo lenguaje, una nueva comunicación. Esta se establece entre el sujeto y el entorno, o entre otros seres, presentando situaciones en que la comunicación tampoco se establece en las palabras, sino a través de un lenguaje sinestésico, relación que se mantiene a través de los dos elementos antes enunciados: el sonido y el silencio.

Las formas de silencio que se presentan en la obra están determinadas por una contemplación o una imposibilidad del canto, su huida, por lo que el sujeto poético se ve enfrentado a una búsqueda, una decisión y el viaje de crecimiento interior, de aprendizaje en el que se pasa de un estadio a otro, para la adquisición de este nuevo código. En este sentido, se debe partir de un estadio de silencio a un estadio de sonido, donde éste es el nuevo lenguaje. Es el comienzo de un viaje hacia la voz, hacia un lenguaje. Es el comienzo del ciclo:

En casa otra vez

Para volver a oírse
la voz
se pinta el cielo,
sórdido,
perdido
y en mi casa
-casa de silencio-
la voz recorre los pasillos
y se convierte en reflejo.

En otros estadios de silencio, el sujeto es un espectador en la comunicación de los elementos naturales, donde se presenta un aparente silencio, no percibido por los otros, lo cual hace suponer que el lugar físico desde donde el sujeto mira está en discordia con su espíritu. Nuevamente, se presenta un ambiente invernal, íntimo, solitario:

“Hay caras amargas
en el silencio de la atmósfera
(…)
Todo está en silencio.
Hallan vista tímida
los árboles del patio.
Una azucena dormida
sueña ser madre.
Las tinajas
buscan labios
en el corto tiempo
de las terrazas.”

(De Nublado)

La contemplación total se debe realizar en un silencio externo e interno, por lo que el escenario nocturno será el perfecto, ya que es cuando los otros seres, los que producen el ruido, están en silencio, durmiendo. En La tierra no sabe morir el sujeto poético se encuentra en un espacio que permite descubrir el milagro, la maravilla de la comunicación de los seres de la naturaleza. Este aprendizaje también permite encontrar una identidad, un sentido del ser, la verdad.

“Para hablar de América
esta noche terrestre,
renuevan el aire.”

Los poemas Seres, Aniversario y Marea alta forman parte de una sección del poemario donde el tema del amor y el erotismo son presentados también a través de esta alalia aparente, en la que el sujeto entrega al lector dos silencios: uno que está presente, donde la palabra no existe, para dar paso a una comunicación sinestésica; el sonido de la palabra es un estorbo para realizar el lenguaje amoroso y erótico. El otro encubre a los “seres” para que no sean descubiertos en el abrazo; está amparado y en complicidad con la naturaleza, que se encarga de esconder con sus elementos y con el escenario nocturno la relación amorosa:

“Se recuestan, se aman
sobre una isla quieta,
traducen el polvo de la muerte
en aves solas
y buscan lo eterno
en estas cuatro paredes.”

(De Seres)

“Solos
con el silencio
en medio de nosotros
nos logran atrapar las horas.”

(De Aniversario)

“La hierba nos ata y no sabemos otro
sino el canto que se clava en la duna.
Se repite el silencio en la laguna
la noche es un astro entre nosotros.”

(De Marea alta)

El olvido del ser amado se desarrolla en un rito, Liturgia, en el que la voz, el sonido se quiere desechar; se quiere producir forzadamente una alalia total del ser amado, a través de una catarsis posibilitada en el llanto (que es una forma desgarradora de sonido)

“La brisa, desde la pendiente
bota su sal
a un oscuro momento
de flores cortadas
y, en ella, lanzo tu voz
para perderla
de mi oído.”

El poema Hospital presenta otra forma de silencio. Es la muerte. Es el silencio total, la exterminación de cualquier forma de sonido. Sin embargo, no deja de plantearse sesgadamente que el sonido puede seguir percibiéndose desde ella, a través de una perspectiva desde el interior del ser agonizante, en el último verso del poema.

La garúa entra
al enfermo.
Lo tuerce.

Mucha palabra se aleja.

Por último, la obra cierra con un poema donde se busca un nuevo silencio, una nueva forma de silencio, posibilitada con la muerte. Sin embargo, no es una muerte total, puesto que el sujeto poético cerrará un viaje cíclico, en el que se observa la posibilidad concreta de renacer, de convertirse en parte de esa comunicación esencial y universal, ya como un interlocutor y no mero receptor. Es la muerte como una solución, un medicamento. Es la preparación para la palabra, para salir de la alalia. El aprendizaje ya se ha cumplido y se completó el ciclo. Ahora puede hablar:

One

Dame la muerte
pulso a pulso
y sobre la tierra
seré de nuevo
la ecuestre madrugada.
Dame la muerte
para lubricar el gozo
de las tumbas invisibles.
Dame la muerte
como jarabe
para la tos.

Finalmente, la poesía de Basso –considerada en la promoción de poetas de los noventa en Chile- constituye una de las voces poéticas más interesantes de la actual poesía chilena. Y Alalia lo prueba no sólo en la preferencia de los antologadores que han incorporado textos del poemario por más de diez años en sus obras, sino también en el interés crítico que sigue conmoviendo a lectores y a especialistas. En suma, un libro de poemas que mantiene su vigencia temática y de relecturas interpretativas.


[1] Cristián Basso Benelli: Alalia, Editorial TiempoNuevo, Santiago de Chile, 1994, 64 p., prólogo de Samir Nazal.
[2] Entre las antologías en las que ha sido incluido destacan: Poesía Chilena para el Siglo XXI (DIBAM, 1996), Génetrix: Antología de Poesía Joven (Ediciones Octaedro, 1999) y Guía de la Poesía Erótica en Chile (LOM, 2000), entre otras.
[3] El Amor Insecto, RIL Editores, 2003, 116 p. Al respecto, aparecieron importantes críticas como las realizadas por Luis Valenzuela, el académico de la Univ. de Chile Cristián Montes Capo y elogios de autores como el mítico poeta David Rosenmann-Taub.
ISABEL SANHUEZA: Poeta y crítica literaria, con estudios en Licenciatura en Educación en Castellano por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Autora de los poemarios "Un huir invisible" y "Pretactos".

Lectura Crítica 1: "Me repito que la muerte no es nada" de Annamaria Barbera Laguzzi

Aún se preguntarán algunos lectores cómo en nuestro tiempo la poesía insiste en quedarse con nosotros. Razones hay varias para cuestionarse, pero cuando eclosiona una crisis nada hay mejor que la transparencia de unos versos que conlleven a respuestas. Así lo muestra la reedición del poemario Me repito que la muerte no es nada, de la poeta y ensayista Annamaría Barbera Laguzzi –nacida en Piemonte, Italia, y radicada en Chile- donde la secuencia de treinta y tres poemas (recuérdese la asociación a Cristo), desdibujan el tránsito de un sujeto poético agobiado por la soledad hacia el encuentro de sus propios deseos e inquietudes. A ellos regresa desde la fortaleza y la fragilidad porque “desparramó la muerte sus cabellos” al someter a la humanidad a dolores tan tremendos como la guerra, la deshumanización, la postergación de sí mismo, la injusticia y la nostalgia que subyace al proceso de migración, que por su origen ha de referirse especialmente a la italiana; condición que hermana a la autora con el poeta Enrique Volpe, a quien dedica el emotivo poema que titula la obra.

El recorrido que permite la lectura del conjunto de poemas, nos encara nuestras propias incertidumbres ante la vida, la muerte, las raíces, el amor y el desamor, la infancia como espacio de la felicidad, el desdoblamiento del yo, el recuerdo, la necesidad de enfrentar nuestros límites humanos. Todo ello se expresa a través de versos que alcanzan de modo estético hallazgos sorprendentes como “el día va contando/ sus últimos fragmentos”, o bien “ultrajada la armonía de la piedra/ los cuervos se reparten el sol/ y pesan sobre el mundo”. Asimismo, cuando el hablante lírico asume la voz del solitario, del amante, del poeta o de la mujer jamás evade su responsabilidad de emisario: “También hoy preguntamos los poetas/ cruzando los cien modos de la angustia/ la sinrazón de nuestra desventura” y denuncia que “nadie escucha los pasos del silencio”cuando “nos morimos de sed/ en medio de las aguas”.

En suma, un poemario que contribuye en su decir lírico, de profunda belleza rítmica y plástica, a desenmascarar nuestra identidad ya que “alguien de vez en cuando/ incursiona en el juego de las máscaras/ creyendo divertirse”. Una segunda edición imprescindible que enriquece nuestro imaginario poético, muchas veces entrampado en las redes de la inmediatez. Un libro cuya lucidez mayor la aporta la esperanza de que “rompiendo las cadenas/ es posible descubrir la canción/ extraviada de la noche” aunque, al decir de Gilles Lipovetsky, vivamos sumergidos en la “archimodernidad”.
Diario El Día, La Serena, 15 de mayo de 2006

Poemas de Cristián Basso Benelli e Imágenes de Jorge Sacaan



El artista visual Jorge Sacaan entregó imágenes suyas para poemas de Cristián Basso Benelli...
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Seres

Se besan en el tiempo,
en la distancia más íntima
se abrazan.
Las horas son el cosmos,
siempre la misma hora de los seres,
siempre las máscaras del canto.

Los seres,
camino adentro,
hacia el sol más alto que la luz
van con los pasos antiguos,
con la fe sobre los hombros
como la única lágrima
despedida al cielo.

Van al olfato de la tierra,
al beso detrás de las cortinas,
al escapulario del pasado.

Se recuestan, se aman
sobre una isla quieta,
traducen el polvo de la muerte
en aves solas,
y buscan lo eterno
en estas cuatro paredes.
Del libro Alalia
Orejas

Lo que sé
no es por tu mirada.
Es la vida arrastrándose
a mis pies…

Y la siento venir
detrás de las puertas.


Ni la llamarada para el solitario

Ni la llamarada para el solitario
de la boca herida. Le duele morder
la cáscara de la sombra
y su llanto son pisadas
que no alcanzan horizontes.
Déjalo dormir; arrópalo primero.
No vaya a ser que con el agua
la noche lo cubra de lodo.
Óyelo hablar; óyelo mucho.
Su voz habitará tus manos
cuando acaricies. Él te abrirá
la puerta cuando el amanecer
te bese con zumbidos. No llores así...

La Pena también tiene esqueleto.
De El amor insecto