domingo, 17 de septiembre de 2006

Entrevista a Cristián Basso: "“Es necesario que la poesía se mueva sensualmente en las influencias…”, por Nadiesda Budnevich



1. ¿De qué manera crees que tu abuela ayudó a que hicieras nacer al escritor que llevabas dentro?

De la manera menos forzada que existe. La infancia significa para mí una secuencia de imágenes donde ella es imposible de apartar. Pese a que su formación como estricta directora de colegio le amansó el trato y el habla, mi abuela no tuvo sino los gestos del silencio, que no eran los de la indiferencia, sino los de la delicadeza del silencio. Esto es, dejarme en la pieza sin necesidad de diálogo, rodeado de adultos, ajeno a los juegos que suelen motivar tanto a los niños. Y no quiere decir que fuese uno atípico. Simplemente la soledad propicia de la contemplación me era permitida gracias a ella…y casi etimológicamente se me dio ese “cum-templum”, es decir, estar “como en el templo”…del sosiego, del sol otoñal sobre la cara y de una caja al lado de la cama donde sólo habían hojas, un lápiz y un libro de poemas. Fue en ese contexto que su presencia y su parca manera de abordarnos me condujo a la escritura como espacio de compañía. El proceso de escritura por lo demás es eso: permanecer en el silencio y, contradictoriamente, congregar las voces que anhelan la eternidad de lo impreso.



2. Tú estudiaste en el Liceo Darío Salas, donde te destacaste como un gran poeta. ¿Cuál es la primera emoción que te nace cuando lees que el concurso de poesía que se realiza anualmente en el colegio lleva tu nombre?

Al comienzo, extrañeza; después, aceptación y gratitud. El liceo Darío Salas fue en mí como la imagen de un gigantesco baobabs, una suerte de gran árbol en que ampararme, pero con la timidez propia de los quince años, los que uno vivía en los noventa, claro…Llegar de anónimo visitante de las salas a convertirse en el “canapé” de cuanto acto cultural hubiere, sin duda, me gestó la costumbre de reunirme con todos y todas, aunque en más de una ocasión mi discurso fuera contestatario. Hoy es más conciliador porque se valora en el tiempo mucho más...Me pareció muy emocionante entregar los premios el año anterior a jóvenes poetas y escritores que, al igual que yo, recorren los intersticios del liceo, saboreando una clase de literatura o estirando los hilos de un nuevo verso

3. Al leer una de las biografías que te reseñan en internet, se dice que comenzaste a escribir en el invierno de 1984. ¿Podrías contarnos qué hito marcó ese comienzo?

Durante un tiempo se criaron en casa unos conejos angora. Era el invierno de 1984 y la violencia de una poderosa lluvia arreciaba. Sin duda, trajo lo típicamente venido para Chile en esas fechas: barriales, truenos e inundaciones...fue así como las jaulas que guarecían a los conejos, cedieron hasta romperse. Los conejos arrancaron pero cayeron a sendas pozas y no resistieron el frente de mal tiempo. Al escampar la lluvia más débil de los días siguientes, me asomé al patio por la ventana de la cocina. Allí estaban los cuerpos de los conejos muertos esparcidos por todos lados. La imagen nunca la olvidé. Así se gestó mi primer poema: “Angora”, perdido a estas alturas.

4. ¿Cómo lograste editar tu primer libro?, ¿qué pasos seguiste para hacerlo?

Luego de que decidiera hacia los trece o catorce años dedicarme con más tiempo a la poesía y el teatro, y mi nombre empezara a ser costumbre de ciertos oídos incrédulos, y se diera esto del premio en España, declaré en un diario de Santiago que no se podía conocer a un poeta si no se le había leído antes. Tuve algunos ofrecimientos parcelados, hasta que opté por la generosidad, y el entusiasmo sobre todo, de un grupo de profesores de historia que habían fundado recientemente la Editorial Tiempo Nuevo, ya inexistente tengo entendido, para que editaran mi primer libro: “Alalia”. Luego vinieron los pasos de rito...selección, lecturas y más lecturas para recoger percepciones aunque optando por mi criterio y el de mi maestro y amigo Samir Nazal. Fue así como se editó Alalia.


5. En el encuentro literario "Chillán Poesía 2006" (enero 2006), uno de los poetas concurrentes dijo, a propósito de los de Santiago: “tal vez la diferencia con los que somos de región es que nosotros al estar más aislados no somos tan permeables a las modas como ellos. Allá se visten de poetas, son más uniformados”[1]. ¿ Qué piensas al respecto?

De partida, Chillán Poesía es uno de los eventos más importantes de poesía que se vienen dando en Chile desde hace unos años. Es la primera muestra de que aquello de las diferencias entre poetas de regiones o solemnes poetas de etiqueta dorada, no tiene sellos tan marcados de territorialidad. Si bien la tierra natal ejerce sobre nuestra mirada peso y emoción, es también pertinente asumir que se recibe tanto de afuera como de lo local una manera distintiva de hacer poesía. Por lo demás, no me parece certero tildar al poeta, harto vapuleado en estos tiempos y siempre criticado por su distancia aparente de los procesos que vive el país y el mundo, que sí debe ser motivo de preocupación para todos, de “uniformado” porque pruebe otras formas y los poetas de regiones han probado con creces sus cantos ebullentes, vivos, frescos. Es decir, tienen tanto que aportar como nosotros que nos movemos en el sonido lírico con más estrépito de buses.

Es necesario que la poesía se mueva sensualmente en las influencias, aunque sin desconocer la tradición y el oficio que nuestros pares han desarrollado y siguen cultivando. Me parece que el proceso de modernización que vive el país, y que ha traído consigo más incomunicación contradictoriamente, volverá a sus poetas para recuperar el alma que se le quedó a muchos en el PC. Con esto no quiero decir ni que la tecnología no sea útil (muy por el contrario) ni que no deambulen por nuestra ciudad que soñó Vicuña Mackenna, solemnes figuras decimonónicas que reviven a nuestros grandes poetas y nos ofrecen otra división. No...los poetas de regiones se destacaron en Chillán...y ese sólo hecho demuestra cuánto seguirán aportando a nuestra variada tierra de versos.

6. Todo poeta tiene su rito de escritura, ¿puedes contarnos cuál es el tuyo? En el sentido metafórico, ¿tú te vistes de poeta?

El proceso de escritura es mí una pregunta permanente. Me lo he cuestionado al pasar el tiempo – en los demás y en mí- y, sin embargo, me sorprende la vigencia de un poema escrito hace una década, aunque de otros sólo recuerde el saludo...Intuyo o me aproximo mejor a la idea de que escribo antes de escribir...mis sentidos están alertas, pero mejor aun el oído...y luego se graban voces, sonidos, sutilezas, variantes de una situación que puede ir de lo más insignificante hasta lo más estrepitoso. Mi ritual de escritura coincide con el de Hahn...el poema me asalta, usualmente en las micros, en el baño, subiendo una escalera, en medio de una conversación o antes de dormirme. Como ves, en los momentos más inesperados. Por ende, no me visto de poeta. No hay que vestirse; hay que trabajar más aún pero sin culpa y con mucho gozo..

7. ¿De dónde nacen los nombres de tus dos libros de poemas: Alalia y El amor insecto?

Parto mis libros generalmente por el título. El nombre me orienta, me personifica el cuerpo que ha de configurarse. En “Alalia”, la sugerencia fue sonora...e irónica. Es el poemario de la primera voz, de la búsqueda de la voz y de su hallazgo en el triunfo de la fusión vida-muerte desde la alalia que, irónicamente, supone la pérdida del habla, imposibilidades para comunicarse. Un poeta no debe tenerlas. Asimismo, “El Amor Insecto” se gestó como un nombre para retratar los rasgos de la animalidad del amor. Se convirtieron en insectos los poemas y, sin embargo, han susurrado lejos sus secretos.

8. Como profesor universitario, ¿qué métodos utilizas para motivar a tus alumnos a leer poesía?

Leyendo en clases poesía, gran poesía para uno. Se muestra el texto pasionalmente, acerca el poema a la experiencia vital del lector. Se le cuenta que en poesía es clave “ver”, luego “descomponer”; luego rehacer. Un método posible es la lectura llamativa, la indicación de palabras que se convierten en ejes para la interpretación. No tanto fuego de artificio. La poesía debe ser gritada, llorada, cantada, pero cuando es alma del poema....

9. ¿Crees que en Chile existen políticas claras respecto del fomento a la lectura?

Lo que existen son fondos concursables muy necesarios para los artistas. Chile aún tiene mucho por hacer en materia de políticas culturales. Es necesario que se considere el arte como parte esencial para que el progreso no termine consumiéndonos o transformándonos en máquinas…Las políticas deben tender a resguardar al artista. Muchos viven en condiciones deplorables. Eso debería darnos vergüenza, pero una que produzca movimiento, cambios efectivos. La lectura por supuesto que ha sido una de las principales víctimas. No se lee por muchos motivos, pero hay que destruir el mito de que la poesía es menos leída aún. En tiempos de sequía lo mejor es beber de sus aguas.
[1] Diario electrónico “La Discusión”, Chillán. Visitado el 11 de marzo de 2006.

Entrevista realizada por Nadiesda Budnevich para el Ministerio de Educación, página web sobre escritores jóvenes.

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